Todos conocemos a Bernie Sanders, el senador que compitió, sin éxito, por la candidatura del Partido Demócrata a presidente de los USA en 2016 y 2020.

Su influencia ha sido importante, representando la energía y deseo de cambio profundo que muchos movimientos contemporáneos están articulando en los países más prósperos del mundo.

Bernie Madoff, el otro Bernie, es la encarnación de las (malas) sombras en que la crisis financiera del 2007-2008 abundó, con desalmados (juzgados y condenados o no) dispuestos a aprovecharse de sus víctimas simplemente porque podían hacerlo, en ocasiones con la indiferencia de los reguladores.

Lo más absurdo de todo es que mientras Madoff prometió tasas de rendimiento alrededor del 12%-13%, sin riesgo aparente, año tras año y de forma perversamente ilegal, un fondo pasivo imitando al S&P 500 con dividendos, habría proporcionado rendimientos del 15% desde enero de 2009 hasta hoy. Con todas las de la ley. Una lectura más amplia aquí.

José Antonio Herce