Si, en el espacio sideral, el centro no existiera no habría nada más. Pero la gran paradoja es que en un espacio infinito cada punto puede ser el centro de ese espacio y a la vez no serlo.

Y no necesito acudir a formalismos para demostrar este teorema. En política, cuando no existe el centro puede existir todo lo demás. Es más (y mucho peor), cuando no existe el centro prosperan los extremos. En España, diríase que alguien se ha empeñado en que el centro político, no digamos el liberalismo, deje de existir.

La situación no puede ser más alarmante, por ahora. Porque, una de dos, o los votantes nos hemos quedado sin opciones liberales o las opciones liberales se han quedado sin votantes. Y, sí, la cosa puede empeorar, como todos sabemos a nada que miremos atrás o leamos la historia de las democracias. Creo que vivimos demasiado confiados.

Un artículo más amplio aquí.

José Antonio Herce