Ni Kafka lo hubiera podido prever. Pero la administración pública española, al borde del colapso en esta pandemia, ha rizado el rizo que ya venía trenzando desde tiempos inmemoriales.
Si alguna vez su Agencia Tributaria y la Seguridad Social rozaron la excelencia digital cuando todavía no utilizábamos esta palabra (en tiempos de las TICs, se acuerdan), hoy fallan los sistemas administrativos debido a su vetustez y al retraso que sus responsables acumulan a la hora de entender la revolución digital que nos arrastra.
El sinsentido de los sistemas que se han improvisado para hacer de la cita previa la vía rápida que nunca será de la diligencia administrativa en tiempos de pandemia es la materialización práctica de un potente teorema matemático que merece mejores destinos. Vean esto, les invito a que lo prueben si tienen diez minutos que perder. Aunque quizá hoy ya está arreglado. Anteayer era un punto fijo.
Un tratamiento más amplio del tema aquí.