Si esto no es la guerra, se le parece. Solo que nadie puede salir de sus trincheras mientras arrecia una lluvia corrosiva e infecciosa contra la que solo tenemos paraguas humanos, héroes y heroínas, profesionales sanitarios y logísticos que hacen todo por nosotros.

¿Y los capitanes y generales? ¿Quién asegura las comunicaciones, los suministros vitales y los que combaten los portadores del escudo?

¿Dónde está el conocimiento y la tecnología que garantiza las logísticas sanitarias, económicas y financieras que nos permitirán adelantarnos a las tres catástrofes que nos amenazan?

Disparando bellos eslóganes de unidad y escudándonos en el sesgo retrospectivo o con avales y saquitos de dinero no lo resolveremos.

¿Es que solo Ortega y Reig lo ven claro? Creo que hay que releer a Tsun zu (El Arte de la Guerra) para darse cuenta de que nuestras cadenas logísticas antes mencionadas necesitan verdaderos líderes al frente, no malos actores.

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José Antonio Herce