Si hay un principio liberal digno de tal nombre, aparte del de la igualdad ante la ley, es el de la igualdad de oportunidades.
Para llegar a realizarlo hay tantas recetas como idearios, en el mal supuesto de que todos los idearios buscasen con ahínco dicha igualdad.
No es fácil y puede intentarse por distintas vías, entre ellas la redistribución que, se sobreentiende, debe ser la de la renta. Pero hay varias posibles vías redistributivas para lograrlo.
La cadena que forman “talento-conocimiento-renta-riqueza” es muy interesante y suscita el apetito de muchos bienhechores de la humanidad, entre ellos muchos gobernantes.
Recuerden el dicho de los peces y las cañas de pescar: dale un pez si quieres que coma un día, enséñale a pescar si quieres que coma todos los días. Hasta ahora la mayor parte de las democracias se han centrado en la redistribución de la renta, pero no está funcionando. (Leer más)