Las pensiones están otra vez en el centro del debate de la sostenibilidad, aparentemente resuelta la cuestión de la suficiencia, al menos para lo que queda de año.

Como se decía hace unos días aquí, las pensiones estaban en el frigorífico (no en el congelador).

Tras la revalorización acordada por el Consejo de Ministros del 14 de enero, ya se puede decir que han abandonado ese electrodoméstico de gama blanca para entrar en otro, también muy utilizado en casa, de gama marrón: el horno.

Las 65 centésimas, que, respecto a si se hubiesen revalorizado al 0,25%, representan un gasto en 2020 de 880 millones de euros. Pero si este gasto extra se consolida en los próximos 20 años y cada año se sigue revalorizando con ese 0,65%, habremos sumado (a tipos “0”, ¿no?) unos 89 millardos de euros (1 Millardo = 1.000 millones). ¿No creen que esto es un horno… al rojo vivo?

José Antonio Herce