Los agentes económicos estresados por el cierre de sus negocios, las fábricas, las obras; los trabajadores y los proveedores de estos mismos negocios, se están quedando a “dos velas”.
Los negocios cierran por orden administrativa, no porque los clientes dejen de comprar sus bienes y servicios. Los dueños de esos negocios no ingresan los recursos con los que pagar a los trabajadores, proveedores y acreedores. Estos, a su vez, fallan en su propia cadena de pagos.
Solo permanecen en pie los funcionarios, asalariados de empresas con mercado y/o fuelle de circulante, pensionistas y parados que puedan recuperar el grueso de su salario a través de las prestaciones del SEPE.
Los que tienen sus rentas aseguradas o escasamente perjudicadas son muchos más que los que las han perdido o las han visto reducirse en proporciones inabarcables. Esto está sucediendo ahora, según yo escribo y tú lees esto. Está sucediendo ahora mismo. (ver una perspectiva más amplia)