Esta expresión se utiliza para dar una negativa cuando nos piden algo imposible de cumplir. La traigo a colación aquí para referirme al problema de los márgenes de la naranja, la quintaesencia que las Redes Sociales han encontrado estos días para referirse al enfado de los agricultores por el paro que les afecta, el SMI (que, por lo visto, también les afecta) y otras causas.
Según unos, los pequeños empresarios agrícolas producen a pérdidas por los bajos precios de sus productos de los grandes minoristas (poético contrasentido) que se comen sus márgenes y algo más.
Según otros, no es lo mismo una naranja a pie de naranjo que una en la estantería del súper. ¡Por supuesto que no, es muchísimo mejor la primera! Pero esta destrucción de su valor acarrea un mayor coste para los consumidores (otro contrasentido, menos poético). ¿Se entiende? No, ¿verdad? Volveremos sobre esto en unos días.
Si esta clarisimo, el productor vende a un coste realmente pequeño pero luego la cadena de distribución lo multiplica por muchas veces hasta llegar al consumidor a un precio exhorbitado. Mi pinion es que tal como existe en Francia, por ejemplo, debe haber un organismo que si contradecir la mentada libre competencia, pueda de alguna forma sugerir o controlar de alguna forma los márgenes para que nadie se vea perjudicado o que solo ganen las grandes cadenas en detrimento de productores y consumidores. Quizás el Ministerio de Consumo pueda entrar en esto, lo pediremos al Ministro y ojalá que muchos lo hagan, para acabar con estas prácticas casi monopolicas
Me parece muy bien que, de forma no invasiva, se intervenga para establecer transparencia en la cadena. Y luego que cada cual actúe en consecuencia, incluidas las autoridades de la competencia si hubiese causa.