El gobierno ha lanzado ayer un cañonazo contra la creciente hemorragia económica provocada por las medidas de contención provocadas por el Covid-19.
Sabíamos una cosa y otra, que la contención iba a cobrarse docenas de miles de empleos y empresas y que la cadena de pagos podía estallar en pedazos, por un lado, y que evitar este destrozo, dinámico, por cierto, requeriría un cañonazo de calibre inédito.
Italia ha disparado un “obús” del 20% de su PIB, Alemania otro del 15%, los EE. UU. otro del 4% apenas (que podría llegar al 4,7%). El gobierno anunció el 20%, pero en realidad es el 16% (Moncloa debe aprender a extraer porcentajes) y por vías que tardarán tiempo en dar en una diana móvil y huidiza.
Time is of the essence, dicen los ingleses cuando quieren referirse a la naturaleza esquiva de aquellos problemas que no admiten dilación si se desea resolverlos. Más aquí y aquí.